El pasado domingo 24 de abril, se celebró el encuentro del Libro Común, que este año fue el libro «Dame a conocer tu nombre» de la teóloga Dolores Aleixandre.

En el encuentro participaron 13 personas. Se compraron muchos libros pero la asistencia al evento fue menor que en otras ocasiones, pese a la invitación. Quizá por el tiempo de pandemia entre medias.

El libro gustó mucho, está bien escrito por una autora que es muy cercana. Es sencillo de leer y al mismo tiempo profundo. Muestra una imagen de Dios mucho más entrañable y cercana, un Dios distinto del que habitualmente se asocia con el Antiguo Testamento (iracundo, rígido, vengativo). Al leer el libro, más de uno ha referido sentir paz.

Se reflexionaron diversas preguntas sobre cada imagen.

1) Seno materno

Destacar cómo la madre quiere a todos, especialmente al más necesitado, sin esperar nada a cambio. Un amor gratuito y que perdona todo. Un amor sin precauciones, sin miedos, un amor absoluto.

El capítulo gustó mucho por ver al Dios que se entrega.

2) Roca firme

Señalar cómo es el miedo en nosotros mismos, nuestra falta de confianza, la que nos impide avanzar en la vida pese a que “sepamos que Dios siempre es un valor seguro”. Al mismo tiempo, es precisamente en los momentos duros de la vida en los que recurrimos a lo que nos fortalece, es decir, la fe y la familia, para enfrentarnos a nuestros miedos.

Son los años, la madurez y la experiencia lo que nos hace menos temerosos y fortalece nuestra confianza y nuestra fe en Dios.

3) Tienda de refugio

Dios es como esa tienda que es refugio para todos. Además, la tienda se ve como símbolo del encuentro, símbolo del templo.

Hoy día el encuentro con Dios se ha de hacer dentro y fuera del templo, entre pucheros anda Dios. Al igual que el pueblo era itinerante, también nosotros hemos de movernos, no basta con ir a rezar al templo, hay que llevar a nuestro día a día el ser refugio para los demás.

4) Alas de águila

Destaca en este capítulo el sentido de protección, de fidelidad y del Dios que guía… si nos dejamos. No es Dios quien nos falla, sino nosotros al no permitir que nos guíe.

Gusta ver ese Dios protector como lo es la madre.

5) Mesa de banquete

Reflexión acerca del agradecimiento que hemos de tener día a día por todo lo que tenemos. Pensar en cómo nuestra riqueza puede suponer humillación, pobreza, hambre, muerte… de otras personas en el mundo.

La importancia de compartir, acoger al otro, la hospitalidad pese a lo influenciados que estamos por miedos, inseguridades y nuestra mentalidad de occidente de protección “de lo nuestro”.

6) Nube densa

Dios es esa nube que nos eleva, si nos dejáramos, pues solemos desconfiar. No nos gusta que nos cambien nuestros planes. Tenemos prejuicios y nos cuesta dejarnos llevar.

7) Espacio abierto

En necesidades de agobio necesitamos salir a buscar zonas para expandirnos, para desahogarnos buscamos a Dios. Y la naturaleza, la creación de Dios es tan espectacular que invita al encuentro con Él, interpela a la trascendencia.

También destacar el espacio como el que hemos de dejar a los demás y a nosotros mismos para evolucionar, para cambiar, al igual que hace Dios con nosotros, que nos da tiempo y nos alienta. En resumen fue un encuentro agradable con buenos intercambios entre hermanos de la Comunidad. Esperamos que en años próximos se sume más gente para poder enriquecernos aún más con la diversidad de carismas que conforman Belén.