En plena Pascua, lejos queda ya el Miércoles de Ceniza cuando comenzamos Cuaresma y es oportuno reflexionar sobre si hemos sabido dar respuesta a la llamada a la vida que Dios nos ha hecho a lo largo de estas semanas. Precisamente el hilo conductor de la convivencia parroquial de este año fue la llamada y el envío.
A lo largo de un fin de semana más de veinte miembros de la parroquia de Belén participamos en diferentes actividades y encuentros en los que reflexionamos y aprendimos sobre la llamada que Dios nos hace a cada uno de nosotros y las formas en que nos envía a expandir su proyecto de felicidad, en particular dando respuesta a su llamada mediante la voación del sacerdocio y del matrimonio.
Durante todo el fin de semana pudimos compartir inquietudes, profundizar en la fe y hacer comunidad reflexionando y debatiendo sobre los diferentes temas planteados. También hubo momentos para orar individual y comunitariamente, disfrutar de buen cine y otras actividades de ocio.
Como colofón celebramos la Eucaristía el domingo a primeras horas de la tarde, una Eucarístia en la que todos ayudamos en los diferentes momentos litúrgicos y dimos gracias a Dios por la oportunidad que un año más nos brindó para compartir en comunidad y hacer camino de fe.