El pasado 12 de febrero Manos Unidas celebró la Cena del Hambre como parte de su campaña 2016 que lleva por lema Plántale cara al hambre: Siembra. En el arciprestazgo de Moratalaz la parroquia anfitriona este año fue la Presentación de Nuestra Señora.
La Cena del Hambre es una celebración en la que como Iglesia nos solidarizamos con las personas que sufren en nuestro mundo la lacra del hambre, oramos en torno a la palabra de Dios, conocemos más a fondo los proyectos con los que colabora la Vicaria III de Madrid, oímos de primera mano el testimonio de un misionero que había pasado más de 25 años en Etiopia y compartimos un trozo de pan al final como signo de ayuno y solidaridad con los más débiles.
Nuestra Señora de Belén fue la encargada de leer la parábola del sembrador del Evangelio de San Mateo y hacer un comentario sobre el mismo.
Con un lema como el de este año, no era extrañar que Manos Unidas nos propusiese como lectura la parábola del sembrador del Evangelio de Mateo. Aunque dicho lema está referido a la siembra real de las semillas como primer paso en la producción de alimentos, esta siembra solo podrá darse si antes se han sembrado las condiciones necesarias para hacerla posible.
La mayoría de nosotros no somos agricultores, no sembramos semillas, pero sí podemos aplicar esta siembra a nosotros mismos y referirla, como hace Jesús, a la palabra de Dios para que comience en nosotros el proceso de producción de una cosecha, que no será de alimentos, sino de la solidaridad necesaria para que muchos hombres y mujeres puedan sembrar y cultivar los alimentos que les permitan vivir una vida digna.
El encargado de presentar los proyectos fue Felipe, el párroco de la Natividad. Este año la vicaría III nos propone a través de dos proyectos poner en práctica dos obras de misericordia: enseñar al que no sabe y dar de beber al sediento.
Con el proyecto de Zimbabwe, el objetivo es la renovación de una escuela de primaria rural para beneficiar directamente a 816 personas, e indirectamente a 4080. La escuela está ubicada en la Manyoni, al sur del país.
El otro proyecto se pondrá en marcha en Benín y consiste en la perforación de un pozo que abastezca de agua potable a una escuela en Parakou, en la zona norte del estado. Este proyecto beneficiará directamente a los 120 niños que acuden al centro proveyéndoles de agua limpia y potable, eliminado así el riesgo de enfermedades.
La Cena del Hambre concluyó con un caldo y un trozo de pan que ofreció la parroquia anfitriona y todos tuvimos ocasión de comentar e intercambiar impresiones tras el encuentro interparroquial.